El
dispositivo, que mide la presión del pie, surgió de un convenio entre la
empresa Ilimitada S.A. e investigadores de la Universidad de Antioquia. El
aprendizaje de este proceso augura nuevos desarrollos.
Por Pedro Correa Ochoa - UdeA Noticias
Medellín [Junio 19 de 2013]
Medellín [Junio 19 de 2013]
El Iplate le dio a la Universidad
de Antioquia su patente número 20. La espera de esta noticia culminó el pasado
29 de abril —tras 2 años desde que inició el proceso—, cuando la Oficina de la
Superintendencia de Patentes de Industria y Comercio otorgó la patente de
invención al Iplate o Dispositivo autónomo para la medición de presión plantar
e identificación del arco del pie.
Se trata de una plataforma sobre
la que las personas pueden pararse que se asemeja a una pesa médica. Este
dispositivo les indica a sus usuarios qué plantillas para zapatos deben usar,
de acuerdo con el nivel de presión que se genera en sus pies. “Permite saber qué parte del pie apoyas más
y en cuál pie te apoyas más. Es muy común para corregir problemas de posturas”,
explicó Mauricio Hernández, director
del Grupo de Investigación en Bioinstrumentación e Ingeniería Clínica — GIBIC.
Aunque en Colombia los
dispositivos de este tipo no se usan masivamente, salvo por deportólogos y
otros profesionales, en Estados Unidos y en países desarrollados, aparatos como
el Iplate son bastante comunes. Los clientes van al almacén y allí una persona
se encarga de manipular el dispositivo para indicarle al usuario qué plantilla
debe comprar.
Ese fue justamente el reto que
enfrentaron los investigadores de la Universidad: desarrollar un sistema
autónomo para que el cliente, sin necesidad de otra persona, simplemente se
pusiera de pie sobre el aparato y éste, por sí mismo, le indicara qué plantilla
le convenía más. Así surgió el Iplate.
Tanto el desarrollo, como la
patente, es otra buena nota que consigue el Comité Universidad Empresa Estado —
CUEE. Hasta ese grupo de líderes universitarios, gubernamentales y
empresariales, llegó el gerente de Ilimitada, Juan José Mejía. Su idea era que
en los laboratorios de la Universidad de Antioquia se desarrollara un
dispositivo con las características señaladas, que pudiera ser comercializado
en Estados Unidos.
El Programa de Gestión
Tecnológica de la Universidad de Antioquia hizo el puente entre empresa e
investigadores del Gibic, que hace parte de la Facultad de Ingeniería. En ese
entonces, el grupo vinculó al estudiante de Bioingeniería Jonathan Gallego —quien
hoy está terminando una maestría en Alemania—, para trabajar en el asunto.
El primer obstáculo fue el sensor
con el que se mide la presión. La mayoría de los que existen en el mercado son
costosos, así que el grupo hizo uno propio. “Porque lo que nos pedían era que el sistema fuera barato, pues no tenía
sentido que costara más que el que ya estaba en el mercado”, advirtió
Hernández.
El grupo de investigación también
se valió de ensayos previos con un grupo de personas para ajustar adecuadamente
el dispositivo. "Pi pi piiiii", es el sonido que emite el aparato una
vez la persona se para sobre él, esos pitidos de alarma indican el momento en
el que culmina la medición automática y da a conocer el resultado.
El Iplate funciona con baterías y
también cuenta con un sistema electrónico para conectarlo a un computador, de
tal forma que pueda verse la distribución de presión del pie en una pantalla.
Esta opción es para análisis más rigurosos, de tipo médico o de entrenamiento
deportivo.
Por lo menos 15 de estos equipos
ya se han comercializado en Estados Unidos, con un costo cercano a los 4 mil
dólares. “Obviamente la Universidad no
es una empresa. Lo vendimos porque queríamos comprobar que era viable
comercializarlo y nos fue bien. Sabemos que una producción masiva puede reducir
ese valor y ya que tenemos una patente podemos negociar con una compañía que
quiera hacerlo”, dijo Hernández.
Con la nueva patente, la
propiedad patrimonial del Iplate es de la Universidad de Antioquia y de
Ilimitada S.A. La propiedad intelectual es de los inventores, es decir de Juan
Diego Lemus, también profesor de Bioingeniería de la Alma Máter; de Jonathan
Gallego; y de Hernández.
El inicio
de nuevos desarrollos
Para este grupo de investigación,
el logro de la patente es una puerta que se abre a la consolidación de otros
desarrollos en los que han venido trabajando. Como propietarios del sensor,
están facultados para utilizarlo en otros dispositivos que requieran mediciones
de presión.
En ese campo hay todo un
escenario por desarrollar. Por ejemplo, es posible construir corredores de
presión para analizar la marcha de las personas. “Desde el punto de vista biomecánico se puede analizar cómo es el
desplazamiento de la persona. Eso es útil para el diseño de pisos, escalas, y
rampas. También para procesos de rehabilitación de pacientes con lesiones",
explicó el investigador.
Para ello, en este momento los
investigadores están trabajando en un sistema que es ensamblable, a partir del
aprendizaje del Iplate. De otra parte, desarrollarán un sistema flexible que se
puede poner dentro del zapato, colchones y sillas, para estudios ergonómicos. “Si una persona tiene problemas de columna o
espalda y son debido a una mala postura, podemos analizar a qué corresponden
con precisión. Ese es el camino que hemos seguido a partir del Iplate”.
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